Lo que los militares pueden aprender de Dune

mano con arena cayendo entre los dedos

Tanto Carl von Clausewitz como Frank Herbert comprendieron el poder del schwerpunkt. Clausewitz, un teórico del siglo XIX venerado entre los frikis militares del mismo modo que Paul Brown es venerado entre los entrenadores de fútbol, escribió que cada guerra tiene un centro de gravedad -que es como se suele traducir schwerpunkt- y que la victoria suele llegar al estratega que lo identifica y lo aprovecha. Según el tipo de conflicto, el centro de gravedad puede ser la base logística o el ejército de campaña del enemigo, la capital de una nación o incluso un individuo (véase Osama bin Laden en la guerra contra Al Qaeda). Sea cual sea su forma, un schwerpunkt es "el centro de todo poder y movimiento, del que todo depende", escribió Clausewitz.

En Dune, es la especia.

En un mundo en el que se han prohibido los ordenadores y la inteligencia artificial, la especia, o "melange", permite a los pilotos doblar el espacio, atravesar galaxias y el tiempo. La droga sólo procede del planeta Arrakis, y cuando el duque Leto Atreides se aventura allí para conseguirla, es rápidamente derrocado por el barón Vladimir Harkonnen. El Barón, sin embargo, sólo entiende la especia como una mercancía. En un caso clásico de miopía colonial, la explota para financiar su imperio, disgustando a los Fremen locales en el proceso. Pero Paul Atreides, el hijo exiliado del Duque, reconoce un schwerpunkt cuando lo ve. Tras la expulsión de su padre, se hace amigo de los Fremen, se convierte en su mesías, obtiene el control de la producción de especias, reclama Arrakis y se convierte en emperador del universo conocido.

Los jefes militares no consultan a Herbert con tanta frecuencia como a Clausewitz, pero la ciencia ficción sigue influyendo en los militares. En la década de 2000, los cadetes que cogieron Dune podrían haber encontrado una visión de las guerras en Oriente Medio; en 2021, el libro les advierte que no confíen demasiado en la tecnología.

En la era de la guerra digital, los combatientes con los artilugios adecuados casi pueden doblar el espacio. Pero cuando todo, desde el GPS hasta las redes eléctricas y los sistemas de comunicaciones, está sujeto a interferencias, falsificaciones, pirateos o apagones, depender de la tecnología hará que te vuelen el culo. Esto ha llevado al ejército estadounidense a adoptar métodos básicos, reaprendiendo, como hizo Paul, a luchar de forma analógica. Mantener libros de registro. El uso de corredores y teléfonos de campo. Luchando con órdenes escritas a mano en lugar de las transmitidas electrónicamente. Es un proceso doloroso para muchos, pero necesario. Porque hoy en día, el schwerpunkt en la mayoría de los conflictos - la especia - es la propia información digital. 

Jonathan Bratten es historiador militar y oficial del ejército estadounidense.

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